Tres años en Nueva York, de Ana Galán

Tres años en Nueva York
de Ana Galán

Ya me estaba extrañando a mí no encontrarme más que libros que me encantaran en lo que va de año. Éste es un libro que, si bien no me pareció tan malo, me dejó una sensación más  bien agridulce. Me llegó por sorpresa de la editorial Destino, y cuando lo empecé a "hojear un poco" acabé leyéndome casi ochenta páginas del tirón. El problema es que luego la novela me fue desencantando cada vez más y no remontó hasta el final.

Historia:
Personajes:
Estilo:
Ritmo:
Opinión:

«¡¿Tres años en Nueva York?!» Cuando mis padres nos anunciaron a mi hermana y a mí que nos íbamos a mudar a Nueva York… ¡no me lo podía creer! ¿Qué pasaría con mis amigos? ¿Y mi equipo de fútbol? ¿Y Alejandra? No. Yo no me quería ir. Sin embargo, casi sin darme cuenta, ya estaba en mi nuevo high school, con un nuevo grupo de amigos, hablando un inglés casi perfecto… y metido en más de un lío.

Cuando comencé a leer el libro me sorprendió lo ágil y ameno que era. Está contado en primera persona por un protagonista que, si bien no tiene muchas luces precisamente, logra que te metas en su piel e incluso que empatices con él hasta cierto punto. No se puede negar que Tres años en Nueva York es una novela divertida y que engancha desde la primera página. El problema es que, analizándola fríamente, no tiene mucha sustancia, y cuando te das cuenta eso acaba desmereciendo el libro.

Los personajes son, a mi parecer, el punto que más flojea del libro. Hubo dos que me gustaron, y solo a ratos: el protagonista, Ignacio, y su nuevo amigo americano, Nick. Ignacio es un personaje como mínimo bipolar. Comprendo que tenga catorce años y que esté hormonado y sus reacciones sean raras, pero... ¿en serio? A veces me daba la sensación de que leía a dos personajes distintos. Además, había cosas que me dejaban patinando bastante, como que te dijera que echaba muchísimo de menos a su novia... cada cincuenta páginas. Y ya que hablamos de la edad de los personajes... creo que, tal y como se desarrolla la historia, los personajes tenían que haber sido un par de años mayores.

No hay mucho que decir del resto de los personajes. Los padres, marionetas, la hermana, idiota, y los americanos, pues prototipos de americanos. Los seniors muy cabrones, los freshman muy pringados, los policías muy comedonuts (literal), y solo se salva algún que otro secundario que da algo de salsilla de vez en cuando.

No obstante, hay algo que la autora hace muy bien y eso hay que  reconocérselo, y es retratar bien cómo piensan sus personajes juveniles. ¿Recordáis al descafeinado Ethan, de Hermosas Criaturas? Ignacio no es tan casto y puro como él, ni de coña. Suelta tacos, se queda embobado con el culo y las tetas de su compañera de clase y nos cuenta felizmente lo salidos que están él y Nick. Habrá a quien no le guste esto (de hecho, creo que en ocasiones abusa de los tacos y hay cosas que pueden resultar hasta ofensivas), pero a mí en general me ha parecido bien porque es lo normal, lo que hace que el personaje no sea un recortable de cartón piedra.

La historia en sí me ha gustado más, la verdad. No es que derroche originalidad precisamente, pero el planteamiento es interesante y el desarrollo no está mal del todo. El problema es que había situaciones bastante irreales y que le restaban credibilidad al libro, aunque no las mencionaré por si alguno se lo lee.

Hay otro aspecto en el que nuevamente tengo sentimientos encontrados. Como el protagonista se traslada a Nueva York, si bien la narración está en castellano y los diálogos con sus familiares y amigos también, los diálogos con los americanos están en inglés. Esto al principio me encantó: me parecía muy original y le daba un toque muy interesante a la novela. El problema es que en muchas ocasiones, el propio Ignacio te volvía a repetir en español lo que ya había dicho en inglés, o te decía lo mismo con otras palabras. Comprendo que esto es necesario para los que no sepan inglés, pero pasadas las primeras cien páginas del libro se hacía bastante cansino. Ejemplo:

-Who did it? -pregunté para saber si sabía algo

-I will be leaving with my family to Florida.
-Oh -dije, decepcionado al descubrir que iba a estar fuera.

Y después de todo este rollo os preguntaréis... ¿Por qué Mike es tan bipolar? ¿Por qué dice este tío al principio que el libro no es tan malo? Pues porque, volviendo a analizar fríamente la situación, lo cierto es que ni yo tengo la edad a la que va dirigido el libro, ni éste pretende otra cosa que no sea contentar a ese público. Según la web de  la editorial el libro es "para mayores de doce años", y estoy de acuerdo, aunque yo  diría más bien "entre doce y catorce años". Yo sobrepaso bastante la edad recomendada del libro, y por eso creo que lo que ahora me ha dejado más bien indiferente me hubiera encantado hace ocho años.

Además, el libro consiguió engancharme desde el principio y el final me gustó mucho. Tenía que decirlo.

Conclusión: para lectores más bien jóvenes o no muy exigentes. Quizás sea el regalo ideal para un hermano/primo pequeño, pero es posible que si estás leyendo esto ya se te haya "pasado el arroz". Le doy el aprobado justito porque, como dije, es una lectura ligerita que se lee muy bien, pero que tiene sus fallos.

Lo mejor: La agilidad de la historia y el final.
Lo peor: La falta de credibilidad de  algunas escenas.