Muerte en el aire

Muerte en el aire 

(El joven Sherlock Holmes)

de Shane Peacock

Hace ya unos cuantos meses reseñé la primera entrega de esta serie, El ojo del cuervo. En esa ocasión decidí convertirme en la Selene de 12 años para valorar mejor el libro; sin embargo, creo que en esta nueva entrega eso no va a ser del todo necesario. ¿Por qué? Bueno, tendréis que leer la reseña para averiguarlo. Eso sí, antes de empezar, advierto que esta novela está dirigida a niños de entre 10 y 14 años.

Historia:
Personajes:
Estilo:
Ritmo:
Opinión:

Shane Peacock es un gran estudioso del mundo de Sherlock Holmes, una pasión que lo ha llevado a escribir esta serie sobre la figura del detective cuando era joven. Si en la primera entrega el principal objetivo era presentar un jovencísimo Sherlock, apenas un niño, en este segundo libro, Shane Peacock escribe sobre este mismo detective, que aunque apenas ha crecido en edad, es completamente diferente.

La historia empieza en el Crystal Palace, donde un trapecista sufre un accidente y cae desde lo alto de su trapecio. Sin embargo, cuando Sherlock examina la barra rota del trapecio se da cuenta de que el acróbata ha sufrido un sabotaje. Y hasta ahí puedo leer para no estropear nada.

En Muerte en el aire descubrimos a un Sherlok mucho más maduro, calculador, frío y en definitiva, más Holmes que nunca. Algo que me ha gustado es ver la evolución a lo largo de esta novela respecto a la otra. Los cambios se hacen evidentes según las situaciones en las que se encuentra el personaje, y no según lo que le parece al autor. La historia, además, está bien hilvanada, y aunque en algún momento se tiene la sensación de que todo se descubre muy rápido, al final ves que todo está más o menos justificado.

El estilo de Shane Peacock sigue siendo directo y ameno, pero en esta nueva entrega las descripciones son mucho más ricas. La documentación es amplísima, y consigue hacerte sentir que realmente estás paseando por las bulliciosas (y peligrosas) calles victorianas. Los personajes, por otra parte, son tal vez el punto que más me ha fascinado. Los caracteres de los personajes que ya aparecieron en El ojo del cuervo se definen más (con alguna pequeña excepción), y los de los nuevos personajes aparecen bien definidos (también con algunas excepciones). El ritmo es ágil y una vez empiezas a leer y la historia te engancha, te cuesta dejarlo.

Es por todas estas evoluciones que considero que este libro es mejor que el primero, y aunque está dirigido a niños de 10 a 14 años, comparto algunas críticas que señalan que para leer estos libros, los niños tienen que tener un mínimo de curiosidad e interés por el mundo detectivesco.

Para terminar, voy a rescatar un fragmento de la reseña que escribí para el primer libro.

Lo mejor es que nos acerca al personaje de Sherlock Holmes de manera muy real. Personalmente, he leído apenas una o dos historias de Holmes (y lo confieso, eran las chapuzas esas que nos hacían leer en inglés, versiones más que reducidas y feas), pero ya tenía una idea de cómo era el personaje. Por eso, al leer sobre su infancia, aunque se la invente Peacock, puedes entender por qué es cómo es. 

Lo mejor: ver la evolución del personaje.
Lo peor: a veces el desarrollo de la historia parece un poco precipitado.